siempre me gustaron
tus historias familiares
por grandes y cálidas
también por predecibles
me contabas de los nudos que tenías en el pelo
de los que tú mamá
tironeaba al peinarte
y la odiabas por eso
me contabas de tu abuela
que en sombras de nostalgia decía:
Esther, nos parecemos al lugar
donde nos criamos
solo ella recordaba ese lugar
y nunca hablaba de eso
vos, Esther, te pareces a la montaña