Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros
nadie recuerda el futuro
ni arma rompecabezas
nadie silba la vereda
los escritores no escriben
los músicos no tocan
los poetas enmudecen
todo se retuerce
como flores quemadas
al Sol de enero
desde que milei es presidente
ya ningún techo es seguro
los amantes se detestan
con besos de ojos abiertos
los maquillajes se corren
y la vulgar estrella asoma
en sonrisa amplia cromada
como arma de juguete
¡apáguence los reflectores!
interprétese y archívese