perro feo

Aquella tarde unas nubes carnosas taparon el sol y lo que siguió fue el temporal más grande que haya visto. Un viento fuerte, implacable, se llevó los techos y los sueños de familia. Seguido de una lluvia que inundó todo aquello que tuviese la capacidad de ser inundable. Un perro feo, mojado, tiritó o sonrió, no sé. Estábamos aterrados.